Se estima que la actividad física disminuye en un 30% el riesgo de complicaciones cardiovasculares, en un 27% el riesgo de diabetes tipo 2 y en un 25% el riesgo de sufrir cáncer.
Los niveles moderados de actividad física disminuyen en un 20%, el riesgo de enfermedad coronaria, mientras que los niveles intensos representan una disminución de 30%, en padecimientos como la cardiopatía isquémica.
Además contribuye a la reducción de obesidad y ayuda a preservar la salud mental, disminuyendo la aparición de síntomas como la ansiedad y la depresión.
La actividad física reduce el riesgo de cáncer de pulmón en un 20%, y de endometrio y ovario en un 30%, respectivamente. (Organización Mundial de la Salud, 2022).
Los niños y jóvenes de 5 a 17 años deben acumular un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa, esta puede ser realizada a través de juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, actividad física o ejercicios programados.
Los adultos de 18 a 64 años deben acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. Hay diversas maneras de totalizar 150 minutos de actividad física a la semana. En particular, mediante varias sesiones breves distribuidas a lo largo de la semana: por ejemplo, 30 minutos de ejercicio moderado cinco veces por semana.
Referencia, Organización Mundial de la Salud, 2020